El amor de Dios es para todos. No importa la edad que tengamos Dios desea que seamos salvos y más aún si desde temprana edad comenzamos a tener una relación con El.
Constantemente hablamos con maestros y líderes de niños. Vemos su deseo genuino y su pasión por servir en este ministerio. Pero hay una triste realidad. Muchos también nos expresan sus frustraciones de que no reciben apoyo de sus líderes porque no tienen la misma visión. Entonces es ahí donde comienza el desánimo y muchos terminan dejando el ministerio. ¡Qué triste!
Muchas veces en las iglesias se lee el versículo, “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”. Mateo 19:14 Entonces… ¿Cómo impedimos a los niños de nuestra iglesia acercarse a Cristo? Cuando no le damos el lugar que se merecen en la congregación.
Hermano, si es usted pastor o líder de su iglesia, le exhorto a apoyar a aquellos que domingo tras domingo están ahí con pasión para ministrar a los niños. Ofrézcale materiales, facilidades, recursos, capacítelos… Su labor no tiene protagonismo, como muchos buscan en la iglesia, pero es una que dura por la eternidad. ¡Apóyelos!